MITO GRIEGO PARA 5º Y 6º
MITO
GRIEGO: “DEDALO E ICARO”
En la isla de Creta existió hace
muchos años un rey llamado Minos, este rey poseía grandes riquezas y algo que
nadie tenía: un hijo de fuerza extraordinaria, con cabeza de toro al cual lo
llamó Minotauro.
Minos pensó ponerlo en lugar seguro, de donde no pudiera escapar, así que le encargo a Dédalo, un gran arquitecto, que construyera un enorme y complicado laberinto.
Dédalo aceptó y junto con su hijo Ícaro, emprendió la gran obra. Cinco
años después terminaron el laberinto, éste era tan grande que solo ellos sabían
el camino correcto.
El rey Minos quedó satisfecho, pero tuvo miedo de que Dédalo e Ícaro revelaran el secreto del laberinto así que el rey les negó el permiso para abandonar la isla de Creta.
El rey Minos quedó satisfecho, pero tuvo miedo de que Dédalo e Ícaro revelaran el secreto del laberinto así que el rey les negó el permiso para abandonar la isla de Creta.
Dédalo se dio cuenta que escapar de la isla sería imposible por el mar,
ya que el rey Minos ordenó a todos los soldados de su ejército a vigilar las
playas de día y de noche. Pero Dédalo era un hombre muy ingenioso e ideó un
maravilloso plan, consistía en escapar volando como las aves.
Dédalo e Ícaro se dedicaron a reunir muchas plumas de las aves que
sobrevolaban la isla y juntándolas todas las unieron con cera de abeja. Sin que
nadie los viera, pegaron las plumas y construyeron dos pares de alas. Cuando estuvieron
listas, Dédalo pegó un par de alas en la espalda de Ícaro y otro par en su
propia espalda.
Y Dédalo dijo a Ícaro:
“¡Volemos fuera de la isla! Pero debemos de tener cuidado de o volar
demasiado alto, pues el sol quemaría nuestras alas”.
Dédalo e Ícaro iniciaron el vuelo, a Ícaro le pareció tan hermoso de volar como los pájaros, que olvidó las advertencias de su padre. Voló, voló y voló más alto cada vez que el no escuchaba los gritos desesperados de su padre. |
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El calor de sol empezó a derretir la cera de las alas de Ícaro entonces
empezó el drama, las plumas comenzaron a desprenderse, hasta que las alas no
soportaron más el peso de Ícaro y cayó ante la mirada atónita de su padre.
Según la leyenda que las plumas quedaron flotando sobre el mar y tiempo después se formaron las islas Ícaras, llamadas así en recuerdo del joven que intentó volar al sol. |
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